Elige tu propia aventura
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Entiendo que el mundo comprende
que va a resultar necesario mejorar la gobernanza en términos de calidad
institucional, siendo esto lo que dio lugar a que la Asociación para el
Gobierno Abierto (Open Government Partnership OGP) lance recientemente un nuevo
un plan de implementación trienal de OGP, denominado "3YP" que tiene
como objetivo proporcionar una hoja de ruta para una mejor implementación de la
misión y visión de la asociación.
Pero antes de introducirnos un
poco en este plan y analizar que podemos aplicar en nuestra provincia, es
fundamental que todos sepamos qué se entiende por gobierno abierto; y en este
punto creo que lo más apropiado es tomar una definición internacional que es la
plasmada en la carta iberoamericana de gobierno abierto, que lo define como el
“conjunto de mecanismos y estrategias que
contribuye a la gobernanza pública y al buen gobierno, basado en los pilares de
la transparencia, participación ciudadana, rendición de cuentas, colaboración e
innovación, centrando e incluyendo a la ciudadanía en el proceso de toma de
decisiones, así como en la formulación e implementación de políticas públicas,
para fortalecer la democracia, la legitimidad de la acción pública y el
bienestar colectivo”.
Ya definido el gobierno abierto
tenemos que allanar el camino para poder comprender a donde quiero hacer foco:
primeramente explicar de manera breve las dos políticas a largo plazo que tiene
la Asociación para el Gobierno Abierto (OGP) y que surgen del plan 3YP, las
cuales consisten en lograr que los ciudadanos experimenten una verdadera sensación
de que se redujo la corrupción y/o que se está frente a un gobierno más
eficiente, ya que la sola apertura del gobierno en abstracto, no significa nada
si no mejora la vida de las personas; y en segundo lugar, contribuir a
construir un movimiento global más fuerte para “el gobierno abierto y una
democracia” que sea capaz de defender los valores y principios del gobierno
abierto y a la vez que sea una fuerza compensatoria contra los esfuerzos para
socavarlos.
Para lograr estas políticas a
largo plazo, es fundamental alcanzar cuatro resultados colectivos:
1) Resultados en los Compromisos:
se requiere un amplio compromiso de los estados que integran la asociación, de
realizar reformas de gobierno abierto que capaciten a los ciudadanos para dar
forma y supervisar que el gobierno implemente dichas reformas de manera creíble
para la sociedad.
2) Resultados en los Países: los
países deben afianzar valores del modelo a seguir, como el gobierno y la
sociedad civil en cooperación, la inclusión y espacio cívico, y avanzar en una
agenda holística de gobierno abierto.
3) Temas fundamentales en las
políticas públicas: deberán plantearse políticas que empoderen a los ciudadanos
a través de un proceso transparente, participativo y que dichas políticas
logren constituirse en reformadores del gobierno y de la sociedad civil,
elevando el nivel de estándares y principios de gobierno abierto en todo el
país.
4) Resultados en la agenda Global:
Los asuntos de gobierno abierto tienen una presencia más fuerte en el escenario
global, incluyendo en foros y marcos de gobernanza global.
La pregunta es, ¿Cómo logramos
alcanzar estos resultados en nuestra provincia de Santa Fe? Y para poder
analizar las posibles maneras de alcanzarlos, primeramente no tenemos que dejar
de prestar atención a una situación que ocurre “naturalmente” frente a una
crisis: que es el alto uso indebido de los recursos públicos generando esto una
“sensación” de fraude y corrupción, lo cual genera a su vez un circulo vicioso
donde se ve afectada la gobernabilidad, especialmente por la merma de confianza
de la ciudadanía en las instituciones, llevándonos este entorno nuevamente a un
punto cero en cuanto a la generación de políticas públicas a largo plazo.
¿Cómo hacemos para que nuestra
provincia no ingrese en ese círculo vicioso de pérdida de confianza por parte
de los ciudadanos, evitando de este modo una depreciación de confiabilidad en
el gobierno? Y acá no queda otro estimado lector que depender de la decisión
exclusiva del poder gobernante de turno. Ellos tienen la potestad de nutrirse o
no de los ingredientes necesarios para lograr esa seguridad en los
conciudadanos. Informar quienes son los beneficiarios finales de las ayudas que
se otorguen, fortalecer las auditorias y las fiscalizaciones, crear comités
especializados en monitorear la aplicación de los recursos asociados a la
emergencia, son solo algunas de las herramientas que tiene el ejecutivo
provincial para lograr una mayor credibilidad en la gestión.
En estos contextos, “la transparencia y la rendición de cuentas
tienen un rol central, especialmente cuando los ciudadanos pueden acceder a
información de calidad y actualizada sobre el ciclo de vida de los
recursos. Para ello, las herramientas
digitales son una buena respuesta al desafío de responder a la crisis con
integridad. Estas herramientas permiten integrar y visualizar datos,
identificar posibles anormalidades e incrementar la trazabilidad de los flujos
de recursos. También permiten monitorear en tiempo real los registros
contables, presupuestales, de tesorería y de beneficiarios desde origen del
recurso al cierre financiero y administrativo. Además, es posible que cualquier
persona comparta información sobre el uso de recursos, lo cual genera la
disuasión de actividades ilícitas y facilita la rendición de cuentas”.
Esta historia recién se está
escribiendo, pero las medidas que se adopten día a día nos van a ir llevando
hacia un final incierto desde lo personal, pero cierto desde la teoría. Me
atrevo a decir que estamos atravesando una historia que tranquilamente podría
formar parte de la famosa y antigua colección que todos recordaran “Elige tu propia aventura”, dependiendo
exclusivamente este final, de las decisiones que tome el ejecutivo provincial.
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